Renata Giraldi y Carolina Gonçalves
Enviadas Especiales
Río de Janeiro – La presidenta Dilma Rousseff tiene, este jueves (21), una intensa agenda de compromisos paralelos a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20, además de la tercera reunión plenaria de jefes de Estado y Gobierno. La presidenta brasileña desayuna con el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y tiene reuniones durante el día con el presidente de la República del Congo, Denis Sassou-Nguesso, y los primeros ministros Julia Gillard (Australia) y Wen Jiabao (China).
El equipo de la mandataria brasileña recibió 57 pedidos para audiencias bilaterales. Pero, debido a las dificultades de tiempo, Rousseff se reunirá solo con siete autoridades. El miércoles (20) ella se reunió con los presidentes Francois Hollande (Francia), Macky Sall (Senegal) y Goodluck Jonathan (Nigeria).
Los encuentros tuvieron un tono de cobranza por parte de la presidenta brasileña que, en el caso de Francia, esperaba más empeño con relación a los puntos del texto de la conferencia que tropiezan en compromisos financieros. La mandataria brasileña recordó que países africanos contribuyeron con los europeos para la superación de la crisis. Por otro lado, escuchó críticas sobre el documento concluido por los negociadores. Ellos estuvieron, los últimos días, bajo la coordinación de la delegación brasileña que se empeñó en terminar un documento conciso antes de que los líderes de los países llegasen a la conferencia.
Anteriormente, se habían previsto encuentros con el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, que es casado con la brasileña Vanda Pignato, que tiene relación con el Partido de los Trabajadores (PT), y una reunión con cerca de 50 representantes de la Unión Africana. Pero esos compromisos no están incluidos en la primera agenda de la presidenta que, sin embargo, puede alterarse.
Dilma Rousseff quiere asegurar a los africanos que, así como el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, también quiere mantener una relación privilegiada con África, que está entre las prioridades de la política externa brasileña. Desde que asumió el gobierno, ella visitó Angola y Mozambique, pero pretende ampliar los viajes para otros países de la región.
Los líderes africanos enfatizan sus intenciones de fortalecer las relaciones con Brasil y América Latina, pues sostienen que los continentes tienen semejanzas. Para los africanos, la globalización aproxima a los países de tal forma que hay tendencia a ampliar la clase media en África, como lo es en Brasil.
Una de las preocupaciones de los africanos es con el crecimiento poblacional, pues se estima que en breve África llegará a 2 mil millones de habitantes. Ellos quieren realizar acuerdos para implementar la agricultura tropical, aprovechando la geología de la región que es parecida con la de Brasil, e intercambiar experiencias para transferencia de tecnologías.
Edición: Graça Adjuto
Traducción: Fanny Guadalupe
