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"Brasilguayos" son desafío para presidente que Paraguay elige el domingo

Criado em 15/04/13 17h47 e atualizado em 16/04/13 09h19
Por Monica Yanakiew Edição:Davi Oliveira/Nira Foster Fonte:Agencia Brasil

Buenos Aires – El nuevo presidente de Paraguay, que será electo este domingo (21) y realizará la toma de posesión en agosto, tiene un desafío que enfrentar: administrar los conflictos de tierra, que marcaron el gobierno de Fernando Lugo (2008-2012) y amenazan los 350 mil brasilguayos –como son llamados los brasileños y sus descendientes que viven en el país. La mayoría vive de la producción agrícola.

La agropecuaria representa 25% del Producto Interno Bruto (PIB) paraguayo, pero es responsable por el 40% del crecimiento económico del país, que este año puede alcanzar al 13%, de acuerdo con las últimos cálculos del Banco Central de Paraguay. Los brasilguayos son responsables por la gran parte de la producción agrícola paraguaya –“cerca del 80%”, asegura la abogada Marilene Sguarizi, hija de colonos brasileños y representante de cooperativas agrícolas.

Durante la campaña electoral, representantes de los brasilguayos se reunieron con los dos candidatos a la presidencia que lideran las encuestas de opinión: Horácio Cartes, del Partido Colorado, y Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical Auténtico. “Hay mucha incertidumbre sobre quien va a ganar, pero en estas elecciones tenemos una ventaja: tanto Cartes como Alegre están conscientes de que es necesario resolver el problema de los conflictos de tierra”, dijo Marilene, en entrevista a la Agencia Brasil. “Pedimos a ambos estabilidad jurídica”, añadió.

En 2012, carperos (como son llamados los sin tierra paraguayos) ocuparon haciendas de Tranquilo Favero –un brasileño, naturalizado paraguayo, conocido como “rey de la soja”. Alegaban que los títulos de propiedad de los productores brasileños son falsos. Favero, así como otros brasilguayos, adquirieron tierras baratas durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Según movimientos sociales ligados a la reforma agraria, tierras del Estado fueron vendidas en forma irregular.

Los brasilguayos dicen que compraron las tierras de buena fe y que invirtieron tiempo, trabajo y dinero para hacerlas productivas. Actualmente, Paraguay es el cuarto productor mundial de soja y está entre los mayores productores de carne. “Para continuar invirtiendo necesitamos tener garantías jurídicas, que no existían en el gobierno de Lugo”, dijo la abogada Marilene Sguarizi.

Electo en 2008 con la promesa de gobernar para los pobres (que representan  el 30% de la población paraguaya), el ex obispo Fernando Lugo trató de resolver el conflicto de tierras sin represión, dejando el asunto en manos de la Justicia. Pero sin intervención de la policía, las órdenes judiciales para desocupar las tierras no se cumplían.

Fue un conflicto de tierra que desencadenó la caída de Lugo, un año antes de terminar su mandato. El día 15 de junio de 2012, un enfrentamiento entre policías y sin tierra, en el interior del país, resultó en la muerte de 17 personas. El Congreso (de mayoría oposición) acusó Lugo de “mal desempeño” y lo sometió a juicio político. Una semana después de la masacre, él fue destituido y substituido por el vice, Federico Franco –político conservador del Partido Liberal Radical Auténtico-.

Ni bien asumió el cargo, Franco recibió 12 representantes de la colonia brasileña en Paraguay, que manifestaron públicamente su apoyo al nuevo gobierno y pidieron a la presidenta Dilma Rousseff que hiciese lo mismo. De nada valió.

Los gobiernos de la región cuestionaron la legitimidad de la destitución “relámpago”, que Lugo llamó de “golpe parlamentar”. Brasil, Argentina y Uruguay suspendieron Paraguay del Mercosur hasta las elecciones presidenciales e incluyeron a Venezuela como miembro pleno. La adhesión venezolana había sido vetada, hasta entonces, por el Congreso paraguayo –el mismo que destituyó a Lugo-.

“Nosotros fuimos beneficiados por el proceso de destitución y nos sentimos traicionados por el gobierno brasileño”, dijo Marilene Sguarizi. “En el momento en que nuestras tierras estaban siendo invadidas, nadie nos apoyó –Brasil decía que era un problema interno de Paraguay-. Y en la hora que los paraguayos destituyen Lugo y colocan un presidente que hace valer la ley, Brasil nos da la espalda”, añadió.

Tanto Cartes como Alegre tienen posición más favorable a los dueños de tierras que Lugo. Cartes es candidato del Partido Colorado, que estuvo en el poder durante 61 años, 35 de ellos en la dictadura de Alfredo Stroessner. “Para los colorados, es delicado discutir la venta de tierras brasileñas en tiempos de Stroessner”, dijo a la Agencia Brasil el director del Centro de Análisis y Difusión de Economía Paraguaya (Cadep), Federico Masi.

Alegre pertenece al mismo partido de Federico Franco, “pero los liberales están divididos en tres facciones y ni todas piensan igual”, afirma el director del Cadep. Según él, Alegre pertenece a un ala más moderada que la del actual presidente y que presenta un discurso más social.

A pesar de Paraguay haberse beneficiado del alza en los precios de la soja y haber reducido los niveles de pobreza del 40% al 30%, el nivel de indigencia no bajó. “La indigencia aún afecta al 19% de los paraguayos, la gran mayoría en el sector rural”, dijo Masi.

Edición: Davi Oliveira/Nira Foster
Traducción: Fanny Guadalupe

Creative Commons - CC BY 3.0

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